Presupuesto familiar 50/30/20 adaptado a México

La regla 50/30/20 se popularizó por su sencillez: 50% para necesidades, 30% para deseos y 20% para ahorro e inversiones. En México, sin embargo, los ingresos variables, la inflación y los servicios imprescindibles obligan a ajustar esta proporción para que funcione en la vida real. La buena noticia es que no necesitas una herramienta complicada: basta con claridad, un par de cuentas separadas y un chequeo mensual.
Paso 1: Mapea tu flujo real
Haz una lista de entradas y salidas de los últimos tres meses. Si tus ingresos cambian, calcula un promedio y un mínimo. Asigna etiquetas a cada gasto: vivienda, alimentación, transporte, educación, salud, deudas, ocio y metas. Considera pagos irregulares como útiles escolares o mantenimiento del auto. Con esto, obtendrás el punto de partida para un 50/30/20 a tu medida.
Paso 2: Redefine el 50%
En contextos de renta alta o traslados largos, el 50% para necesidades puede ser insuficiente. Ajusta a 55–60% temporalmente si hace falta, con un plan para regresar a 50% en 6 a 12 meses. Renegocia rentas, comparte servicios, optimiza el súper con marcas propias y mercado local. Recuerda que “necesidad” es lo que te afecta si lo recortas: vivienda, comida, transporte básico, educación y salud.
Paso 3: Enfoca el 20% en protección y metas
Antes de invertir, fortalece tu colchón de 3 a 6 meses en cuentas seguras con liquidez. Luego, destina a deudas con interés alto y a seguros clave (vida, gastos médicos, auto) según tu familia. Finalmente, asigna a metas: educación, vivienda, retiro. Si no logras 20%, empieza con 10–15% y aumenta cada trimestre 1–2 puntos.
Paso 4: Vuelve intencional el 30%
Los deseos son válidos si están presupuestados. Define qué te da valor: experiencias en familia, hobbies, viajes cercanos. Usa la técnica de sobres digitales: crea subcuentas para ocio, ropa y tecnología. Cuando se acaba el saldo del sobre, se acabó el gasto del mes. Así evitas culpa y sobrecostos en tarjetas.
Paso 5: Automatiza y revisa
Programar transferencias el día de pago es el hábito más poderoso. Envía primero a ahorro y a deudas, después gasta. Revisa tu avance con una reunión financiera familiar de 30 minutos al mes: celebren lo que funcionó y ajústen lo que no. Si los precios suben, recorta 2–3 rubros pequeños en vez de uno grande; el efecto es mayor y menos doloroso.
Ajustes a la realidad mexicana
- Ingresos variables: trabaja con un 80% de tu promedio y el 20% sobrante va a colchón.
- Inflación: pacta precios fijos donde puedas y prioriza compras por volumen de básicos no perecederos.
- Educación y salud: considera planes familiares y descuentos por pronto pago.
- Transporte: calcula el costo total de auto vs. transporte público y comparte si es posible.
Tu presupuesto debe permitirte dormir tranquilo. La meta no es la perfección, sino progreso consistente. Define una meta motivante para los siguientes 90 días, como acumular un mes de gastos o bajar una deuda un 15%. Las pequeñas victorias mantienen el plan vivo.